A veces la bomba tiene que estallar para entender que el camino de retos y sueños falsos no es el indicado para continuar.
A veces la bomba tiene que destruirlo todo para sentir la necesidad de construir algo nuevo, diferente y sólido.
A veces la bomba tiene que sucumbir en tus oídos para escuchar las palabras del cielo que te imploran cambiar de rumbo.
A veces la bomba tene que estallar y remover tus entrañas para aceptar que no puedes cambiar al mundo, ni a las personas.
A veces la bomba tiene que acabar con tu realidad perfecta y enseñarte la necesidad de buscar tu verdadera realidad.
A veces el corazón tiene que sufrir por la explosión de la bomba que dejó hecho añicos tus ilusiones.
A veces los ojos tienen que llorar por los gases de la explosión para creer y confiar en que tienes la capacidad de evitarlo.
A veces es necesario sentir que la vida te aplasta y te pesa en los hombros para decidir llevar un rumbo más ligero.
A veces tienes que sentir que todo lo que consideras necesario no importa , para ver lo que realmente importa.
A veces hay que tocar fondo para impulsar la vida con una nueva perspectiva, dejando atrás la destrucción que causó la bomba que tu mismo construiste.
A veces hay que dejar de pensar en el a veces y creer en un siempre para poder vivir a tu manera. No esa manera que según tú es la correcta, sino esa "manera" que fue predestinada para ti.