Sólo se ama cuando Dios ha sellado el corazón y le ha preparado un regazo en él, para morar eternamente hasta el fin del final.Dios mostró que Jesucristo trajo esa esencia en su sangre, su mirada, su sonrisa, cada gesto era una muestra de amor para la humanidad. “Saber tanto y no poder permanecer en ello, es lo que Él reprocha, mientras dulcemente muestra ese poder infinito que posee desde el principio”.
De admirar a sido ese viaje a través de sus ojos. Como un bebe que aprende a caminar, “tropezar y caer en el intento…desistir y rendirse o caer y caer hasta abrazar…" dos opciones latentes que toman caminos diferentes, en el andar se fusionan teniendo su final constante y difuso en un regazo entregado a un cuerpo.
Irónicamente el amor en vez de hacer dichoso al mundo, lo ha encadenado a eso que llaman dolor por ausencia, sin darse cuenta el amor no es “tener”… sólo por sentirlo la soledad se disipa: si no hay carne y huesos en su compañero, está la Nada, ésa Nada que siempre acompaña, la misma Nada dispuesta a recibir todo el amor que se escapa de los huesos que se burlan.
-“Si mi amor no tiene remedio, Tú hoy me lo has recibido… sabes sorprendentemente como y porque se fue mi hueso. Si ése pequeño hueso ahora es feliz con el amor de otra vida… te doy el mío para que lo complementes y lo hagas aún más feliz”.-
La intrusa sigue así, ya sabes, como la hicimos en su cuerpo… con la mirada perdida en el vacío aparente, apariencias vanas que no van a Nada… pero brotan de las vidas que no aprecian su futuro.
-Yo por ser intrusa, no necesita apariencias… sólo cambio su vida, mientras ella espera un día resurgir.-
-Maktub dicen para justificarse, un día ella vivirá mi vida con la fuente que sentenciaste sea suya.-
Por ahora su don y su intromisión dejarán huella en
“Parecía siempre extraña en la vida que tomo y nadie lo juzgó jamás por parecer”